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Mi historia parte 6: Toma todo lo mejor para ti

Hay algo muy particular que quisiera compartir con ustedes antes de continuar con mi historia entre barbas y cabellos. Algo, que luego, descubrí como una fortaleza: La capacidad de darse por entero a sí mismo.

Suena medio abstracto y agotador. Lo interpretamos como aquella capacidad de trabajar y trabajar. Pero no se trata de eso, no es agotarse físicamente, dirigir la obra, pintar las paredes, diseñar el logo, imprimir la publicidad. No es eso. Se trata de generosidad. Se trata de no guardarse nada para luego.

Es muy cierto que cuando desarrollamos un proyecto, que lógicamente implica una inversión, esperamos que nos sea devuelto todo aquello que damos. Y allí está el problema, la angustia, la espera. Pensamos que el banco, el arquitecto, el centro comercial, tienen que hacer algo por nosotros, por nuestro proyecto. Y realmente no es así.

Toda la energía que necesita tu emprendimiento esta en ti. eres el director de esa orquesta y por ello es que necesitas estar en las mejores condiciones posibles: mental, física, emocional y espiritualmente.

Prepárate, inspírate, lee, imagina.


Leer es la vía más rápida para desarrollar la creatividad y visualizar lo que deseamos. Sé un ávido lector, experimenta diferentes tópicos, sal de tu zona de confort. Luego, siempre que tengas oportunidad experimenta lo leído, aplícalo.

Cuida tu cuerpo: tu apariencia refleja el éxito de tu empresa. En mi caso la finalidad de mi empresa me ayuda a proyectar una apariencia positiva. Si, tu apariencia se proyecta a través de tu emprendimiento. Imaginemos que es un restaurant o estás en el área de la alimentación, pero no cuidas tu peso. Probablemente tu comida no será asociada con algo que hoy día todos buscamos y añadiría un plus a tu propuesta: salud. Por otro lado una buena condición física te genera una aptitud y actitud, óptima para el desempeño de tus labores dentro de la empresa. Y para finalizar, tu cuerpo es el vehículo a través del cual expresas todo el conocimiento que adquiriste en el punto anterior, ¡así que cuídalo!

Emociónate. ¡Si! emociónate con lo que haces. Vive segundo a segundo como desarrollas un proyecto o un día de trabajo. Pule tus emociones negativas, reconócelas, ellas no son malas. Son un ejercicio de autocontrol y conocimiento de sí mismo. Así que valídalas y agradece. Te muestran los puntos en los que debes trabajarte.



Por último, conéctate con tu espiritualidad. No se trata de ayunar, rezar o pasarte todo el día en OM. Busca el equilibrio. Reconócete como un ser espiritual. Todos los somos. Busca una vía para expresarlo: la oración, el yoga, la meditación; hay mil forma de hacerlo, de seguro que alguna te vibrara. Mientras encuentras medio de conexión y aún si ya lo encontraste: AGRADECE. Agradece: ¡por lo que te pasa y por lo que no te pasa también!



¡Tú emprendimiento empieza y termina en ti!


Si te perdiste la entrada anterior léela aquí: Descubriendo el agua tibia

Si quieres leer la siguiente, aquí: Mi problema, mi solución

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