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Mi Historia parte 2: Nacimos emprendedores

Si, en mi opinión, nacemos con la chispa del emprendimiento. Desde que usted tiene forma de espermatozoide “emprende” una veloz carrera para alcanzar al ovulo y materializarse en un bebé. Te das cuenta que para gatear, caminar, correr, aprender a leer, cuentas con una chispa que te impulsa a seguir adelante, no importa cuántas veces te caigas, tú buscas la manera de perfeccionar el paso. Aquello que es objeto de tu atención se transforma en un estímulo que genera mil formas de llegar a ese objetivo. Somos así desde bebés. 




Si buscas la definición de “emprendimiento” encontraras algo como esto: ”La palabra emprendimiento proviene del francés entrepreneur (pionero), y se refiere a la capacidad de una persona para hacer un esfuerzo adicional por alcanzar una meta u objetivo, siendo utilizada también para referirse a la persona que iniciaba una nueva empresa o proyecto, término que después fue aplicado a empresarios que fueron innovadores o agregaban valor a un producto o proceso ya existente….”

¿Recuerdas cuando eras un niño? Quisiste hacer una carrucha y aplicaste “un esfuerzo adicional” para construir la mejor y más veloz carrucha de toda la cuadra y para ello diseñaste un “innovador” sistema con cuanto artefacto te pareció que la haría superior a las demás. Ves, tú a los 10 o 12 años eras la persona que describen los conceptos actuales de lo que es un emprendedor.



Así vas a lo largo de tu vida emprendiendo de manera instintiva en muchos aspectos. 

Quizás esto no suene muy profesional o técnico, pero el emprendimiento, a mí me gusta llamarlo idea en proceso de materialización, comienza con una chispa interna que te dice dentro de tu cabeza: tengo que hacer algo. Muchas veces no sabemos cuál es ese algo que podría transformase en la empresa de tu vida. Esa respuesta la vamos a encontrar posiblemente a través de investigaciones que coincidan con nuestras capacidades, estudios o gustos.

Lo que nunca debes poner en duda es tú capacidad para llevar a cabo la materialización de esa idea. Si en algún momento dudas de ello recuerda que la vida en sí comienza cuando emprendemos una veloz carrera.




Cuando vendí almohadas a los 15 años, pensé que sería el Zar de las almohadas. Las almohadas me enseñaron que los negocios se plasman en un papel:



-Almohadas para niños y para adultos.
-Almohadas duras y aguaditas.
-Almohadas que dan calor y otras que no.

Las Barberías son otra cosa…


Si te perdiste la entrada anterior léela aquí: Se empieza por el principio
Si quieres leer la siguiente, aquí: Emprender da miedo

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